La persona que acaricia a los
cactus
Hace escasamente tres meses han
contratado a una persona trabajadora en la empresa en la cual yo trabajo. Es
una persona normal, trabajadora, sociable, familiar,…, pero tiene unas costumbres extrañas e incluso diría raras. Todos
los días, cuando entra y sale de la empresa se detiene en la puerta entrada y
acaricia unos cactus que están en la entrada de la empresa. Todos lo que
trabajamos en la empresa nos sonaba raro ese ritual laboral, pero le quitamos
hierro al asunto, dado que pueda ser una manía personal o una costumbre del
otro sitio donde curraba.
Debido a la crisis laboral,
tuvieron que reducir la plantilla, entre ellos estaba: la persona que acariciaba
los cactus cada día. No quería quedarme con la duda porque repetía ese extraño ritual que tanta curiosidad me había despertado
día tras día.
Antes que se fuera de la empresa,
lo detuve en cuando salimos todos del trabajo, después que ella acariciara el
cactus.
-
Me he fijado-
comente avergonzado- que casi todos los días
que vienes y sales a trabajar acaricias
el cactus.
La persona se sonrió y sonrojo
como si le hubiera pillado haciendo alguna maldad infantil.
-
Es mi
ritual de trabajo…
-
Ya, pero
acaricia un cactus cada mañana ¿Qué clase de ritual es ese?
Se ríe levemente como si le
hubiera recordado una anécdota graciosa.
-
Nos
vestimos cada día para ir trabajar. Acaricia estos cactus, es mi manera de
vestirme para trabajar,…
Me quede extrañado cuando dijo de
vestirse para trabajar. ¿Qué tenía que
ver acariciar un cactus con vestirse para trabajar?
-
No
entiendo que quieres decirte con vestirse. ¿Cómo vas a vestirte acariciando un
cactus?
Me esbozo una amplia sonrisa.
-
Muy
sencillo. Cuando vas cualquier sitio, te
preparas hacer unas concretas cosas, no es lo mismos que te vayas vestido de
traje para irte a cenar casa de tu familia política que ir a fiesta con los
amigos. Dos los son celebraciones, pero cada una de ellas tienen sus aspectos
de tu vida. Ahora piensa cuando vas a trabajar. Cuando voy trabajar, me preparo
mentalmente, acaricio el cactus, mentalmente me pongo el traje de trabajo, centrándome
en el trabajo de ese día y cuando salgo de la empresa. Me quito el traje de
trabajo. Desconectado con la realidad del trabajo para prepararme para mi vida
personal y familiar. ¿Caminas por el mundo a tus pies a tus espaldas?