El extranjero miro con curiosidad
y incertidumbre. No entendía por qué entendía por alguien se había preocupado
por su momento.
-Perdone – dijo con un tono adecuado y luego apostillando una forma
educada para referirse a un señor, muy típica de su idioma materna. - ¿Por qué lo has hecho lo antes?
- Porque lo tenía hacer, simplemente – contesto con sinceridad,
mientras se recolocaba en el asiento para tenerlo de frente- sin esperar nada en cambio. Como si fuera
aportar algo a este mundo. – Tomo aire el viajero. –“No espero cambiar el mundo, pero si poder mejor a cada paso que dé”-
repito su sagrado credo y su famosa forma de pensar.
- Resulta curioso su forma actuar “señor”- replico en entre asombro e
incredulidad.
El tren se sacudió de una forma
de repentina, haciendo cayera el extranjero de contra el suelo.
-Discúlpenos estimados pasajero …- se oye la voz masculina y
tranquilizadora por los altavoces del tren informando que había una problema técnico
que enseguida se volvería.
El viajero se levanto de su
asiento para atender al extranjero. Se fijo que estaba sangrando en grandes cantidades,
pero no sabía por dónde estaba saliendo la sangre, pero tenía que hacer algo.
Recordó lo que había que hacer en
caso en caso de una emergencia: P.A.S.
PROTEGER. Retiro todas las molestias y fuentes de riesgos que tenia
cercana del extranjero y procuro hacer un espacio de seguridad.
AVISAR. Dio un par de grito para que alguien avisara al maquinista
del tren que tenía una persona herida en el vagón que estaba.
SOCORRER. Evaluó la situación y buscando la mejor manera de actuar.
Primero tienes comprobar si esta consciente,
si falla comprobar si respira y sino respira en último caso hacer una RCP.
-¿Te encuentras bien?- pregunto el viajero mientras pellizca algún punto
doloroso del cuerpo del viajero.
El extranjero recupero la
consciencia. Se percato que estaba perdiendo sangre, en vez de asustarse, se lo
tomo con cierta tranquilidad como si fuera algo normal en el. Comprobó por
donde salía la sangre. Era por su nariz. La cantidad de sangre salía casi abortones.
-Por favor acércame una bolsa o papelera. – dijo el extranjero con toda
la tranquilidad del mundo.
Uno de los chicos que estaba
cerca y alarmado, acerco una papelera al extranjero.
“Gracias” -le dijo al chico-
Tranquilo estoy bien, no pasa nada- demostrando que el “pequeño accidente”
no era más que un accidente, nada más grave.
El extranjero se volvió a su
sitio sentado, se inclino hacia adelante dejando la sangre que cayera en la
papelera. Se pinzo la nariz por las partes blandas de la nariz con el pulgar e índice
Al viajero se percato que había un
proceso casi natural y estudiado en su manera de actuar, reforzando la idea es
algo que le pasa muy a menudo. El viajero recogió con cuidado la sangre a
través de paños de papel o periódicos viejos, procurando que no tocar la sangre
con su piel.
Tiro lo papeles en la papelera del
hombre. Se acerco al interfono. Comunico que la cosa estaba controlada, no hacía
falta que viniera ningún servicio médico, pero si un servicio de limpieza para
que limpiara zona donde una vez estuvo la sangre.
El viajero acerco a su sitio, se
percato que había algo caído en suelo, una cartera abierta. La recogió. Cuando recogió,
se percato que había una foto de dos personas, una era el extranjero y otro un
infante. Estaba sonriendo a quien estaba tomando la foto. Cerró con cuidado la
cartera. Se sentó en su sitio. Dejo la cartera en el regazo del extranjero. El extranjero
miro con el rabillo del ojo.
El tren volvió ponerse el marcha
El hombre siguió pinzado su nariz
casi 25 minutos, el tiempo justo para cortar la hemorragia de su nariz. Siendo
un tiempo excesivamente largo para cortar una hemorragia de la nariz.
-Perdóneme “señor” ¿No me tiene miedo?- Pregunto como si viajero ,
fuera un ser extraño y alguien salido de los cuentos de hadas, también sensación
de miedo natural y a su vez racional