sábado, 11 de junio de 2016

[Viajero] Estación (primera parte)

Las palabras del revisor calaron para los ideales del viajero. Se había preparado para hacer este viaje, conocía donde iba dormir, que comería durante el camino, sabia cuantas mudas ropa cargaba en la mochila, cuanto pesaba cada pieza de su limitado equipado para evitar cargas con demasiadas cosas, se había leído cientos de guías y manuales, para hacerle más fácil el viaje: Herramientas y conocimientos estaban preparados entrar en acción en su momento oportuno, pero no se habría preparado su cuerpo lo suficiente, tampoco se podría preparado contra el mal de la altura. Sentía indefenso como si hubiera fallado un examen final de un curso escolar.
Se tapo la nariz y parte la boca con la palma del mano. Sintió la punzada en su pecho, sentía el lloro tan cerca, pero se lo negó como un acto impuro y no adecuado. No quería llorar ante un desconocido, debo permanecer fuerte.
El revisor se sobresalto como si hubiera asustado. Giro la cabeza hacia al viajero. Entonces el viajero se asusto…
-… SON BLANCOS… TUS OJOS… - grito el viajero, sin darse cuenta que estaba hablando en voz alta.
El revisor ni se inmuto, como si estuviera acostumbrado.
-Pues lo son, ni que fuera un gran problema-le comento como si fuera un discurso que hubiera dado cada día a los nuevos viajeros- pero nada me impide hacerme mis tareas diarias, aunque este limitado en la estación por la condiciones la estancia.
Se extraño por las palabras del hombre, los revisores deberían tener una buena vista para poder atender la incidencia de las vías.  ¿El hombre está capacitado para despeñar este cargo? Se pregunta en su interior el viajero
El viento empezó soplar con fuerza, tan fuerte casi levanta la manta térmica.
-Sera mejor que nos pongamos a cubierto- comento el revisor - ¿Dispones de algún sitio para dormir esta noche?
-No…- contesto con voz lastimera. - ... Me hubiera gustado llegar a….
-No pasa nada, te podemos hacer un sitio en mi casa para que duermas, solo esta noche.- le palmeo la espalda- espero que te guste el guisado, porque es la cena de esta noche.
El revisor le explico cómo acceder a la casa. La casa esta adosada a la estación en la parte exterior. Debía cruzarla estación y tocar el timbre. En ella, le recibiría, su mujer Clotilde.
El viajero atravesó la estación, parecía que estaba bien conservada, disponía varias fotografías locales: fiestas locales, eventos importantes y su gente. Se paró un momento para observarlas, dado que eran raro para donde es el viajero. Mientras observa las fotos  le encontró algo raro, no sabía que era.
Ya había perdido mucho tiempo, en observarlas. Se dirigió la puerta, llamo al timbre. Parecía que no sonaba en dentro de la casa, volvió tocar dos cortos, luego tres cortos y luego tres cortos.
AHORA VOY NENA!- respondía una voz femenina y melodiosa, mientras se oían los pasos resonantes dirigiéndose- ESTA NOCHE ME VAS COMER TODO….- La puerta se abrió de par en par, una belleza extranjera vestida para velada romántica, para dos.

Los dos quedaron parados e inmóviles como estacas. Como si estuvieran esperando a otra tipo de persona.

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