domingo, 13 de abril de 2014

[El Viajero] El tren (Segunda parte)

La mujer estuvo llorando durante un buen rato. El niño no comprendía el motivo de las lágrimas de su madre. El niño le pregunto si estaba llorando porque si le dolía algo o si estaba enferma…
El resto viajeros miraron a la mujer y al hijo, preguntándose qué había pasado. La mujer al darse cuenta estaba dando la nota en el tren quiso retener su llanto, el viajero le toco en el hombro. Negó con la cabeza.
Suelta todo lo tienes y no te reprimas por lo que te dirán…- Le susurro a la madre
El viajero tranquilizo al resto de pasajeros diciendo que la mujer se había emocionado por el momento. La gente se tranquilizo y volvieron a sus sitios.
Cuando la mujer soltó todas sus penas, solo había pasado 30 minutos. Para ella, era una eternidad, pero para el resto solo fueron una fracción de tiempo del día. Se le había corrido el maquillaje de los ojos de sus lágrimas. El viajero le acerco un pañuelo tela a la mujer para que se limpiara, si lo quería.
-Tranquilo mi vida, estoy bien – dijo la mujer con energías renovadas, como se hubiera quitado un peso atroz de encima, acuno al niño entre sus brazos como si fuera un niño recién nacido. El niño se recostó con ojos de nostalgia, miro al viajero y a su madre.
-Mama, tengo sueño…- Dijo el niño soñoliento
-Duerme mi vida, m… -se entrecorto la voz de la mujer-mama está aquí- recuperando la voz y le dio un beso en la frente.
Lentamente niño empezó a tener más sueño, mas sueño… hasta cayo rendido en los dulces brazos de su madre.
La mujer miro con respecto al viajero y con intriga ¿Quién era esta persona? Pensó la mujer.
-Supongo que habré dado una imagen de deplorable…- dijo la mujer como si le preocupara lo que dijera la gente de ella misma y de su hijo.
-No lo creo así-Dijo el viajero a la mujer tono más bajo para que su palabras fuera solo para ella- Todos hemos tenido nuestros momentos altos y bajos, pero a veces callamos más de lo que deberíamos decir o gritar, solo tienes darte cuenta de la gente que está a tu alrededor, por ejemplo esa pareja de esta detrás de ti, parece una pareja de enamorados.
La mujer miro con disimulo de quien estaba hablando. Una pareja se hacían miradas furtivas entre ellos como si esperaba que uno de los dos tomara la iniciativa de dar un beso o un abrazo. La mujer volvió la mirada al viajero.
¿Qué ves en el hombre y el niño del fondo del vagón detrás de mí?
La mujer ladeo la cabeza y miro hacia donde le había indicado. Vio que el niño estaba asomado a la ventana, mientras el padre lo miraba como si fuera la cosa más preciosa de este mundo, la mujer no comprendía situación en su totalidad, fue dirigir la mirada hacia el viajero y vio dos cosas cerca del hombre que le sobresalto… una maleta infantil y marca donde estuvo un anillo de boda o compromiso.
La mujer empezó a ver distintos mundos personales que le envolvían a su alrededor. Cosas agradable: una caja de un regalo de cumpleaños, alguien cargado de bolsa de una tienda renacidos , un hombre que abría y cerraba caja de un anillo,… y cosas no tan agradable, un niño que su madre divorciada, las miradas a un bloc de notas y sensación que iba suspender un examen , la miradas de odio de dos enamorados que ha discutido ,…
-¿Cómo veo estas cosas…?-dijo madre llevando una mano a los labios
-Porque estas más receptiva a entender lo que pasa a tu alrededor, porque no miras a las persona, sino sus gestos y sus silencio. Muchas veces guardamos un silencio por respecto o por nuestra educación.
La mujer dirigió la mirada hacia a su hijo.
-Tal vez esto explique el silencio de mi hijo- dijo la madre mientras acariciaba la cara de su hijo. ¿Sabes que me apetece ahora mismo?
-Dime –dijo el viajero con mirada de curiosidad.
-Me gustaría contarte la historia de mi fracaso y mi éxito
-Adelante, te escucho…
                                                                                                                                           


No hay comentarios:

Publicar un comentario