La mujer estuvo llorando durante
un buen rato. El niño no comprendía el motivo de las lágrimas de su madre. El
niño le pregunto si estaba llorando porque si le dolía algo o si estaba
enferma…
El resto viajeros miraron a la
mujer y al hijo, preguntándose qué había pasado. La mujer al darse cuenta
estaba dando la nota en el tren quiso retener su llanto, el viajero le toco en
el hombro. Negó con la cabeza.
Suelta todo lo tienes y no te
reprimas por lo que te dirán…- Le susurro a la madre
El viajero tranquilizo al resto
de pasajeros diciendo que la mujer se había emocionado por el momento. La gente
se tranquilizo y volvieron a sus sitios.
Cuando la mujer soltó todas sus
penas, solo había pasado 30 minutos. Para ella, era una eternidad, pero para el
resto solo fueron una fracción de tiempo del día. Se le había corrido el
maquillaje de los ojos de sus lágrimas. El viajero le acerco un pañuelo tela a
la mujer para que se limpiara, si lo quería.
-Tranquilo mi vida, estoy bien – dijo la mujer con energías
renovadas, como se hubiera quitado un peso atroz de encima, acuno al niño entre
sus brazos como si fuera un niño recién nacido. El niño se recostó con ojos de
nostalgia, miro al viajero y a su madre.
-Mama, tengo sueño…- Dijo el niño soñoliento
-Duerme mi vida, m… -se entrecorto la voz de la mujer-mama está aquí- recuperando la voz y le
dio un beso en la frente.
Lentamente niño empezó a tener
más sueño, mas sueño… hasta cayo rendido en los dulces brazos de su madre.
La mujer miro con respecto al
viajero y con intriga ¿Quién era esta
persona? Pensó la mujer.
-Supongo que habré dado una imagen de deplorable…- dijo la mujer
como si le preocupara lo que dijera la gente de ella misma y de su hijo.
-No lo creo así-Dijo el viajero a la mujer tono más bajo para que su
palabras fuera solo para ella- Todos
hemos tenido nuestros momentos altos y bajos, pero a veces callamos más de lo
que deberíamos decir o gritar, solo tienes darte cuenta de la gente que está a
tu alrededor, por ejemplo esa pareja de esta detrás de ti, parece una pareja de
enamorados.
La mujer miro con disimulo de
quien estaba hablando. Una pareja se hacían miradas furtivas entre ellos como
si esperaba que uno de los dos tomara la iniciativa de dar un beso o un abrazo.
La mujer volvió la mirada al viajero.
¿Qué ves en el hombre y el niño del fondo del vagón detrás de mí?
La mujer ladeo la cabeza y miro
hacia donde le había indicado. Vio que el niño estaba asomado a la ventana,
mientras el padre lo miraba como si fuera la cosa más preciosa de este mundo,
la mujer no comprendía situación en su totalidad, fue dirigir la mirada hacia
el viajero y vio dos cosas cerca del hombre que le sobresalto… una maleta
infantil y marca donde estuvo un anillo de boda o compromiso.
La mujer empezó a ver distintos
mundos personales que le envolvían a su alrededor. Cosas agradable: una caja de
un regalo de cumpleaños, alguien cargado de bolsa de una tienda renacidos , un
hombre que abría y cerraba caja de un anillo,… y cosas no tan agradable, un
niño que su madre divorciada, las miradas a un bloc de notas y sensación que
iba suspender un examen , la miradas de odio de dos enamorados que ha discutido
,…
-¿Cómo veo estas cosas…?-dijo madre llevando una mano a los labios
-Porque estas más receptiva a entender lo que pasa a tu alrededor,
porque no miras a las persona, sino sus gestos y sus silencio. Muchas veces
guardamos un silencio por respecto o por nuestra educación.
La mujer dirigió la mirada hacia
a su hijo.
-Tal vez esto explique el silencio de mi hijo- dijo la madre
mientras acariciaba la cara de su hijo. ¿Sabes que me apetece ahora mismo?
-Dime –dijo el viajero con mirada de curiosidad.
-Me gustaría contarte la historia de mi
fracaso y mi éxito
-Adelante, te escucho…
No hay comentarios:
Publicar un comentario