domingo, 26 de octubre de 2014

[El viajero] El tren [Séptima parte]

Otra parada del tren en su camino. Miro con curiosidad quien se iba encontrar en esta parada.
Esta vez subió un extranjero al tren, por su forma de vestir parecía ser un trabajador que iba a trabajar. Tenía la mirada cansada y sin ánimos. Se sentó a dos asientos de distancia del donde estaba el viajero.  
El viajero miro con curiosidad al extranjero con su mirada crítica igual que había le había enseñado a la mujer del niño artista. La primera mirada, se percato que iban con prisa y que tenía el tiempo muy contado por su forma de vestir. Realizaba mirada cada por tres  al reloj y a los letreros de las paradas del tren. En una segunda mirada, comprobó que tenía una ligera compulsión o manía de casi cíclica: Sacaba una cartera de un bolsillo que tenía  en el pecho casi a la altura de su corazón, su rostro se ponía tenso, abría la cartera y miraba algo que estaba  en el interior, su semblante cambiaba por uno más alegre la cual duraba casi veinte minutos, aproximado, y luego repetía el mismo ciclo una vez y otra.
El viajero se puso leer una pequeña novela que tenía pendiente de hace un tiempo.
En la siguiente parada el tren se volvió a llenar, pero dejando un sitio libre en el asiento al lado del viajero.  Casi todo el mundo se había acomodado en su sitio, excepto una persona que se coloco delante del extranjero.
-          ¡Ese es mi sitio!- Le grito al extranjero como si tuviera toda razón del mundo.
El hombre lo miro extrañado como si le hubiera acusado de romper un plato invisible.
-          ¡Sí! ¡Tu animal! – Le señalo con el dedo de forma acusador – Lo que me faltaba un animal sin cabeza, que no entiendes ni una sola  la palabra este ocupado mi sitio.
La situación estaba poniendo muy tensa cada segundo que pasaba. El resto de los pasajeros mira con miedo y con indiferencia, dado no le importaba o  no le afectaba directa o indirectamente.
El viajero se levanto hacia donde estaba el conflicto.
-          Perdona, cerca de mi hay un sitio libre y es bastante más amplio este , si quieres puede sentarme a mi lado.- Con una voz tranquila y sosegada.
La persona se giro hacia al viajero.
-          Muchas gracias, menos mal alguien educado en este tren donde permite el paso a cualquiera…
Se encaro con la otra persona.
-          Me no me refería a usted, me refería  a él. Le hizo un gesto para que le acompañara.
Sin casi entenderlo y el extranjero cedió su sitio y se acomodo junto el viajero cerca del viajero..

  

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