El tren hizo otra parada
programada en otra estación. El viajero miro con detalle al letrero que
indicaba las siguientes paradas en el trayecto del tren. Según el itinerario
solo le quedaban dos paradas para llegar a su destino.
Esta vez volvió entrar gente al
tren, solo entro un grupo bastante reducido. Por su forma de hablar parecía bastante
animada. El viajero no presto atención a la gente que entraba. Se centro en el libro,
dado estaba una parte de las más interesantes y le quedaba pocas páginas para
acabar el libro.
-Es que vivimos una
sociedad de ladrones y corruptos. – Pregonaba una de las personal de grupo.-
Si fuera yo lo que tuviera de juzgar, los colgaría de los mis mimos por ladrones y
...
-Ya te digo, uno
roba un trozo de pan y lo condena a 30 años de cárcel, en cambio ellos, tres
semanas y hasta fuera…- Le apoyo la voz de otra persona.
El viajero termino el libro, mientras oía las proclamas de
varias personas del grupo. Seguían por el mismo camino
Paso una parada.
-…Hay gente que
tiene la cara muy dura y una mente retorcida…- Pregonaba otra vez el
primero.
El viajero volvió en guardar sus cosas en la mochila
mientras meditaba las palabras de la gente exaltada.
-…Si estuviera
anterior régimen, no pasaría estas cosas… -pregonaba la otra voz.
El viajero los miro con curiosidad al grupo.
Uno de ellos se cruzo la mirada con el viajero.
-¿Usted que piensa
sobre el asunto?- Pregunto directamente al viajero.
-Solo puedo pensar
en tres frases cargadas sentido común para
responderle a usted- Respondió el viajero mientras intento conectado con
todos los ojos del grupo. –La primera –levanto
un dedo para que todos vieran- proviene
de la biblia, San Mateo, El versículo 13 del capítulo 19: "porque
a cualquiera que tiene, le será dado, y tendrá más; pero al que no tiene, aún
lo que tiene le será quitado" bien conocido como el efecto San Mateo. Segunda. Levanto
otro dedo. Esta palabra proviene del
premio de la Paz póstumo:”somos esclavos
de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio”. Viene decir es fácil que
criticar desde asiento desde un tren.
El grupo le miro con incredulidad, tal vez como si no
entendiera, o no quisiera entender, el mensaje que le quería comunicar.
-Tercero-
Levanto el tercero dedo- No maldigas a
la oscuridad, enciende una vela.
Llego la parada del viajero. Recogió su equipaje y salió por
la puerta del tren.
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